
Siempre es un placer tener amigos como Leonardo Schwebel que aunque su mayor defecto es irle al América, su mayor virtud es el sentido de la amistad y el trabajo en equipo, y cada que nuestros equipos se enfrentan entre sí hemos de apostar algo, desde una bolsa de "Miguelitos" con todo y plomo, hasta una comida, que en sí el placer de ser es eso, convivir un rato, fuera del protocolo del trabajo, de hacer de ese día un día de la clase Perrier.
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